La otra cara de la humildad.
Una edición del North Face Endurance Challenge que difícilmente se olvidará.
Estuve preparándome varios meses para esta carrera. El año 2015 corrí mis primeros 50km en esta misma carrera, por lo tanto este año tenía ganas de superar mi tiempo del año pasado, de sentirme más poderosa en las subidas, más confiada en las bajadas y más rápida en los planos. Esperando en la partida intenté estar tranquila, pero realmente estaba nerviosa por cumplir con las expectativas.
Previo a la partida juntos a mis compañeros del club Circuito Sur. Foto créditos a Carlos Sotomayor.
Los primeros 20km de esta carrera consisten en mucha subida, decidí tomarlas con calma, pero igual me preocupé cuando vi que una y después otra mujer me pasaron con tanta facilidad mientras yo ya sentía como me quemaban los gemelos. Llegando arriba del primer cerro nos recibieron las luces de Santiago.
Vista de las luces de Santiago. Foto créditos a Carlos Sotomayor.
Más subida, una bajada seguido por muuuuchhaaa más subida… Cuando por fin llegaba a la cima, sentía un alivio gigante, ya había pasado la mayoría del desnivel positivo de la carrera! No habían pasado ni 10 segundos y vi una raya roja pasar al lado mío, una niña (y eventual ganadora de la prueba) que llevaba un ritmo increíble que decidí en ese momento que no podría aguantar por 35km más así que simplemente la vi desaparecer en la distancia.
Todo lo que se sube, se baja… ahora venía la bajada. Una bajada bien técnica con hartas rocas, muy distinto a los bosques y suelos blandos de la Región de los Ríos. Las piernas se cansaban, frenando para no chocarse con un cactus ni pasar de largo y caer por la orilla. Cuando por fin llegó el final de la bajada, me entró una sonrisa de oreja a oreja, hasta este punto ya iba 30 min. más rápido que el año pasado. Me llegó una ola de energía positiva para ahora tomar el camino que me iba a llevar a Antawaya.
Sabía que la ruta este año era un poco distinta a la ruta del año pasado, pero la verdad no lo estudié mucho y llegué confiada con mis conocimientos por haberlo corrido el año pasado. ¡Error grave! Cuando nos direccionaron para tomar el desvío desconocido había una pequeña subida, nada tan horrible, pero después de unas vueltas nos encontramos con más y más y más subida! Ufff… esto es harto más subida que el año pasado! Justo empezaba a salir un poco de sol y me sentía agotada pero aproveché conversar con una competidora argentina de Mendoza y la carrera se convirtió en un trote conversativo.
Llegué al punto de abastecimiento en Antawaya, y me acordaba de los entretenidos días de Zolkan 4 days que pasamos ahí mismo. Resistí la tentación de comer pizza y hamburguesa, eso podría esperar para post-carrera, y opté por unas naranjas y plántanos y seguí por mi camino. En el camino de vuelta a la meta iba acompañada de la corredora francesa, Caroline, otra vez lo encontré mucho más entretenido ir acompañada de alguien e hicimos un buen trabajo juntas, llevando un buen ritmo.
En el camino me encontré con varios conocidos y personas que me dieron barra.
En ruta con Caroline. Foto créditos a Corredor Promedio.
Escuché frases como ¨Vamos Valdivia¨, ¨Saca la cara para Chile¨, me encontré con los viejos conocidos de las carreras que nos saludamos con un Hi-five. Estos momentos fueron los mejores de la carrera y es lo que me hizo olvidar el dolor y seguir con fuerza.
A pocos metros de la meta. Foto créditos a Trail Running Chile.
Bajando el último cerro empezaba a escuchar el ruido de la meta. Cada vez se encontraba con más y más gente, todo gritando y dando ánimo! Qué emoción, qué alegría!
Quedé contenta con mi carrera, finalmente no era muy realista comparar el tiempo con el del año pasado debido a que había mucha más subida, pero sentí que había mejorado. Aunque, me quedé con ganas de seguir mejorando! Vamos por más !!
En la premiación junto a Francisco Pino, mi compañero de Team Coreevo.
El único sabor amargo que me quedó después de esta competencia eran tantos comentarios negativos que vi por las redes sociales, separando la comunidad de Trail. Me dio mucha tristeza leer algunos de aquellos, yo por lo menos me enamoré de este deporte no solamente por estar rodeada por paisajes asombrosos sino también por el ambiente cálido y cariñoso, algo que falta en muchos otros deportes.
Fotografía de portada: Lorena Moraga | RunChile.