4 refugios: Una carrera para los más valientes

Un día cualquiera mientras trabajaba en el laboratorio, recibí un whatsapp de mi amigo Puchi preguntando si quería ir a una carrera en Bariloche (Argentina) el fin de semana siguiente. Me encanta Bariloche y como queda relativamente cerca de Valdivia (más cerca que Santiago) había ido varias veces a comer chocolates, comer pizza, comer pasta y comer carne, entonces me parecía una buena idea ir a conocer algo más de Bariloche aparte de los restaurantes. Como ya estaba contra la hora me inscribí rápidamente en los 42km (4 refugios non-stop) sin pensarlo mucho.

Una vez inscrita empecé a investigar un poquito acerca de lo que me había metido. La carrera de Cuatro Refugios se considera una competencia de trekking de montaña que une los refugios Frey, Jakob, Laguna Negra y López. Existen 3 modalidades: la clásica, que consiste en una carrera de dos etapas, el primer día pasando por los refugios Frey y Jakob, y el segundo día por los refugios de la Laguna Negra y López; 2 refugios, que consiste en pasar solamente por los refugios Frey y Jakob; y 4 refugios Non-stop, que consiste en pasar por los 4 refugios «sin parar». El listado de equipamiento obligatorio era eterno y con ver «arnés y casco» dentro del listado, empecé a cuestionar en qué me había metido.

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Recorrido de la carrera 4 refugios

 

Con mis amigos de Circuito Sur, Puchi y Jj, partimos para Bariloche el viernes en la mañana, un viaje de aproximadamente 6 horas desde Valdivia. Llegamos a Cerro Catedral para buscar el kit y escuchar la charla técnica, donde tenían una montonada de medias lunas: así da gusto quedarse en las charlas técnicas.

El domingo en la mañana la alarma sonó a las 3am. Hacía mucho frío, así que me envolví en mucha ropa y revisé una última vez mis cosas y partimos con Puchi y Jj a Cerro Catedral

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Puchi, Jj y yo. Nerviosa y con frio, esperando la partida

Entre el frío y los nervios esperé tiritando mientras esperaba la partida a las 5:30am. Con unas palabras de motivación y con unos gritos de «non-stop, non-stop, non-stop» de los corredores, partimos!

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Partida de los 4 refugios Non-Stop. Foto créditos a Luis Isla

Mientras corría pensaba cómo voy a tener que comprar una linterna nueva, porque la mía apenas iluminaba y después de unos tropiezos con rocas en el camino, me aseguré a acoplar a alguien que tenía mejor luz que yo. Los primeros kilómetros eran bastante planos, pero luego empezamos a enfrentar las subidas. El primer refugio con que se encontraba era el refugio Frey. Justo está amaneciendo a esta hora, y por primera vez me encontré con los paisajes hermosos que hacen esta carrera tan conocida.

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Vista desde el refugio Frey. Foto créditos a Martin Papalia

Rodeamos la laguna donde se podían encontrar pedacitos de hielo por el frío! Agradecí que me abrigué. Al otro lado de la laguna llegamos a la primera subida con piedras, donde había que aplicar un poco de escalada y aprovechar la fuerza de los brazos. Por supuesto después de una subida viene una bajada, pero bajé con cuidado mientras me acordaba del siguiente video de la misma carrera:


A salir de un bosque nos encontramos con el siguiente refugio, refugio Jakob. Aquí hicieron un chequeo obligatorio del equipamiento obligatorio, elegían 3 objetos al azar. Por supuesto llevaba todo, y quedé contenta con la revisión obligatoria, ya que por lo menos me hacía sentir que no llevaba todo este peso para nada.

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Refugio Jakob. Foto créditos a Gonzalo Galeano

Seguimos al siguiente refugio…..aquí comenzaron los grandes desafíos

Luego nos encontramos con el sector de escalada, donde era necesario llevar un arnés. Aquí había un tiempo muerto obligatorio de 30mins, que significa que si llegabas arriba antes de los 30mins tenías que esperar hasta cumplir con este tiempo.  Con una rápida y clara explicación de los voluntarios partí para arriba. Había momentos frustrantes donde sentí que ser baja no me favorecía mucho, pero habían varios voluntarios ahí para ayudar y darte un mano, me sentí bastante segura gracias a ellos, a pesar de mi falta de experiencia escalando (aunque mi manos y piernas que tiritaban indicaban que no). Como no fui tan rápida para subir pude seguir en camino, ya habían cumplido más de 30mins.

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La espera para empezar la escalada

Pasamos por más subidas, más piedras y más paisajes hermosos.

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Cerro Navidad. Foto créditos a Gonzalo Galeano

Con otra subida larga e intensa llegamos al tercer refugio, el refugio Laguna Negra. La Laguna Negra es hermosa, el agüita muy clara, como un espejo que reflejaba su alrededor a la precisión. A esta hora el sol ya se sentía más intenso, y ya no agradecía tanto andar tan abrigada.

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Refugio Laguna Negra. Foto créditos a Martín Papalia

 

Al mirar la última subida que quedaba, sentí una mezcla de impresión por el paisaje y temor. Era una subida eterna, con muchas piedras sueltas. Mientras escalaba, me pasaba por la cabeza…¿y si estas piedras se sueltan y me caigo?¿Si una piedra cae encima de alguien? ¿Si una piedra cae encima mio?….No mires para abajo, No mires para abajo…..Sentí que estaba cerca de llegar a la punta del cerro, pero no llegaba nunca! Mi cuerpo tiritaba de miedo. Llegar arriba fue un alivio gigante, por lo menos nadie iba a tener que llamar a mis papas en Nueva Zelanda avisando que había tenido un accidente fatal mientras corría! además ya se veía el cuarto refugio, ya quedaba poco.

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La ultima gran subida de la carrera. Foto créditos a Martin Papalia.

En el cuarto refugio, el Refugio Cerro López, me encontré con mis compatriotas chilenos Katherine (Cañete) y Renzo (Santoro) que estaban corriendo como dupla. Aburrida de correr tanto rato sola, aproveché correr junto con ellos, eso me ayudó a olvidar los dolores y el cansancio, y pude correr feliz, aprovechando una hermosa vista mientras nos acercábamos a Colonia Suiza, donde se encontraba la meta.

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En el camino me pillé con Puchi, que estaba preocupado porque me había demorado mucho! Así que me acompañó durante los últimos kilómetros. Al acercarse a la meta se encontraba con mucha gente de la comunidad, que aplaudían cuando pasabas corriendo y gritaban palabras de apoyo, que se agradecía mucho para sacar el último esfuerzo. Un ambiente muy lindo! Por supuesto sentí felicidad máxima al llegar a la meta y haber cumplido con este gran desafio!

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Puchi, yo y Jj en la meta
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Los Chilenos post-carrera

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esta sin duda ha sido la carrera más dura de mi vida, y fue una buena oportunidad para darse cuenta que falta mucho trabajo y entrenamiento aún para ser un buen corredor de trail. 3 días después, aún me duele todo el cuerpo, especialmente los brazos! La medalla finisher ya está colgada en mi pared con mucho orgullo y se que esta es una carrera que nunca voy a olvidar.

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Amber Philp

Bioquímica, ex-seleccionada del equipo de atletismo de la Universidad Austral de Chile, ahora probando el Trail Running. Originalmente de Tauranga, Nueva Zelanda, actualmente viviendo en Valdivia, Chile.