Verónica Bravo: La corredora piel de tiburón
Cuando Verónica empezó a caminar a los 7 meses, quizás desde ese momento sus padres intuyeron que estaban delante de una amante del movimiento.
Su vida desde los 7 años ha estado marcada por los entrenamientos y la disciplina, primero por la gimnasia y luego por el atletismo. Los doctores le recomendaron a su madre que esta “debilucha” hiciera deportes para fortalecer su cuerpo y desde ese momento no paró.
Verónica Bravo, ha emergido en tan sólo dos años y medio, como una de las principales corredoras de trail en Chile. Uno de sus logros más destacados fue conseguir el primer lugar The Coastal Challenge 2015, superando a la corredora Anna Frost, una de las mejores exponentes de la disciplina a nivel mundial.
La deportista recientemente anunció por sus redes sociales que se convertía en la primera embajadora de Salomon en Chile. Además cuenta con el apoyo de la marca Suunto, lentes Julbo y de los accesorios de iluminación Silva.
Experiencia límite
Bravo, talquina de nacimiento, recuerda que a los 18 años recibió un peculiar llamado telefónico. Era el sargento primero Juan Valdés, de la Armada de Chile, que la invitaba a ser parte del equipo de aventura de la institución.
Junto a los Infantes de Marina, puso a prueba los límites de la resistencia de su cuerpo. Recortes de prensa de su época de estudiante en la PUCV, la nombraban como la “mujer de hierro”, destacando su participación en carreras de 500 kilómetros, que mezclaban trote, bicicleta y kayaks.
El 2006 vivió una de las experiencias que marcaría su vida para siempre. Era parte del equipo que participa en la Patagonia Expedition Race (única versión invernal), considerada unas de las pruebas de aventura más duras que existen.
Estaban en la última etapa, cuando le toca enfrentar un trekking por la nieve, con temperaturas que bordeaban los 22 grados bajo cero, situación que se volvería crítica con el pasar de las horas. Verónica sufrió quemaduras por congelamiento de los tobillos y para salvarla de la amputación, tuvieron que probar con injertos de piel.
Primero trataron con trozos de su mismo cuerpo, que fueron extraídos desde sus muslos, pero esto falló. Luego, experimentaron con piel de tiburón, cuyo valor es elevadísimo por cada centímetro cuadrado, y sí dio resultados, pero eso sólo sería el inicio de un gran padecimiento.
Bravo estuvo cuatro meses en cama, sin poder moverse. Su único anhelo era volver a caminar, ni pensar en correr o trotar. Durante 4 meses más ocupó un “burrito” para desplazarse y literalmente volver a erguirse en dos pies.
Una experiencia tan dura como aquella, claramente forjó una nueva personalidad y un nuevo ímpetu en la corredora. Le dio otra perspectiva de la vida y también otro modo de enfrentarla.
Mundo trail
Luego de recuperarse, la deportista decide que una alternativa a las carreras de aventura, podría ser el trail. Una disciplina que podía brindarle la misma conexión con la naturaleza, pero esta vez de un modo más controlado y seguro.
Y así como jugando, debuta en el Patagonia Run de San Martín de los Andes con 100K y logra el tercer puesto. A Verónica le costó entender que la ruta estuviera toda marcada y que cada tantos kilómetros hubiese puestos de abastecimientos. Ella pensó que era magnífico, después de su experiencia de correr por lugares por los cuales ni siquiera había un sendero.
Para Bravo, correr es fluir. En cada paso encuentra la conexión necesaria con su espíritu y ya lo ha internalizado como una filosofía de vida. En las carreras deja de lado el reloj y solo se guía por sus sensaciones. “Ocupa el reloj en los entrenamientos, pero en la carrera ¡suéltate!”, es su consejo.
La profesora de educación física expresa que muchos corredores que recién se inician subestiman las distancias y se lanzan a largas carreras sin la preparación e implementos adecuados. “Tienen que manejar la ansiedad, disfrutar la carrera, no colocarse metas muy ambiciosas y no sentirse atado a un plan de carrera”.
Bravo dice no tener secretos en su entrenamiento. Practica harta bici y harto cerro. Uno o dos fondos por semana y cuando no quiere entrenar, simplemente no lo hace. “Aprendí que hay que escuchar el cuerpo y cuando te ves obligado a entrenar, seguramente lo vas a pasar mal y esa sensación te durará un par de días”, relata.
El futuro de Bravo hoy está en Chile. Dice sentirse orgullosa, pero también con harta responsabilidad que marcas como Salomon, Suunto y Silva hayan confiado en ella. El 2016 aún no lo tiene planificado, porque viene saliendo de una lesión y dependerá mucho de las reuniones que mantenga con su sponsor
Y a Torrencial?
“El año pasado yo estaba en Costa Rica, con mucha lluvia también. Me motiva la carrera por las condiciones climáticas y los senderos técnicos. Me gusta tantos las largas como las cortas distancias, sin importar mucho qué tipo de terreno, pero aún estoy armando mi calendario de competiciones”, aseveró.
A juicio de la corredora, una de sus mejores experiencia y contacto con la montaña fue participar en Mont Blanc.
Fotografías: Fanpage de Verónica Bravo https://www.facebook.com/Veronica-Bravo-389835584506753